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lunes, 7 de enero de 2013

Festival Cósmico de la Nueva Era de Luz en Cholollan


En el Tlachihualtépetl (conocida como: La gran pirámide), en Cholollan, Puebla, se efectuó del 21 al 23 de diciembre el Festival Cósmico de la Nueva Era de Luz.

En el extremo derecho los maestros Susana Rivera y Ángel Farpón
Me permito insertar un fragmento del mensaje del maestro Ángel Farpón Orozco:
(Shambala, La Casa de los Maestros)

“El regreso de los maestros, ya sea Quetzalcóatl, Jesús el Cristo, Buda, Viracocha, entre otros, se manifiesta en esta nueva era de una forma diferente a cómo creerían la mayoría. Este retorno a la consciencia maestra nos habla del regreso y la instauración de la consciencia Crística en cada una de las almas de nuestra humanidad, no como persona física”.
“Este cambio de era marcará la nueva evolución planetaria donde la consciencia de la humanidad permitirá que nos unamos en un pensamiento positivo común, reconociendo nuestro origen divino, nuestro “Yo Soy”. Debemos recordar que hoy es el momento de actuar; aquí y ahora”.

Con la maestra Susana Rivera
Fue un trabajo espiritual y energético para el que los maestros Ángel Farpón y Susana Rivera Vázquez (directora de la Escuela de Estudios Superiores en medicinas alternativas y complementarias, Mashach) se prepararon durante años; podría aventurarme a decir que por más de una vida. En sí, la ceremonia efectuada en el Tlachihualtépetl fue la culminación del trabajo de activación en diversos lugares sagrados.

El cetro de jade y los cráneos
Me hermana a los maestros un lazo invisible, etéreo, sólido y valioso como un diamante. Por ese motivo me trasladé desde Cantona y me uní a ellos en la explanada del “Patio de los Altares” del Tlachihualtépetl.


“El cerro hecho a mano” me ha cautivado desde la infancia y en el 2012 terminé la novela Murmullos de Jade, la historia de un guerrero águila. Descubrí que es más que un complejo arqueológico, es un lugar sagrado, vivo y en concordancia con otros centros de poder y además alineado con el universo.
La ceremonia inició al encontrarse el sol en el medio cielo. Los cráneos de cuarzo se encontraban dispuestos a los lados del altar. Tuve el honor de que mi representación de la Estrella de Sirio ("amplificador biotrónico") fuera colocada entre ellos.

Cráneos de cuarzo

En el blog Letras de Aguaviento se encuentra el artículo
sobre los cráneos de cuarzo
http://letrasdeaguaviento.blogspot.mx/2012/08/craneos-de-cuarzo-y-piedra-caliza.html


En este punto de la narración dejaré a un lado la descripción de las formas y compartiré mi experiencia, puesto que cada participante o visitante guarda su propio recuerdo de lo ahí sucedido. 

En un primer nivel de conciencia, en el día 21 de diciembre se vivió una excelente e interesante reunión iniciada a las seis de la mañana por las personas que se reunieron a meditar y esperar el nacimiento del quinto sol: Tonaltzin. Rezos, cantos, fuego, danzas sagradas en sincretismo con múltiples creencias, pues se dieron cita personas de diferentes creencias religiosas para presenciar el final de una era o estar con alguien por si el mundo llegaba a su fin, según escuché de un pequeño grupo que aplaudía entusiasmado al saber que el eco producido, por el complejo fenómeno acústico,  se conoce como "el canto del quetzal".



Viandantes, aromas, saludos fraternales y curiosidad. En otro nivel, se percibieron los cambios en la conducta de los asistentes quienes fueron "tocados" por influencias sutiles. Lo anecdótico, los social, lo costumbrista quedó a un lado y surgió la esperanza de una existencia futura libre, plena y positiva. Cientos de personas se acercaron y en fraternal intercambio participaron en una ceremonia ecuménica, en donde todos fuero uno mismo al desaparecer las diferencias. Unidos a la tierra y al intenso azul del cielo, escuchamos del Himno Nacional cantado en Náhuatl por dos pequeños del preescolar. Los mensajes subliminales, aquellos que sólo el corazón escucha, lograron que la percepción del tiempo no correspondiera a la cronológica o real, si así se le puede llamar.


Luego comenzó el saludo a los siete rumbos del universo. Los cinco soles: Tezkatlipoka, el sol de la memoria; Quetzalcóatl, el sol del conocimiento; Huitzilopochtli, el sol de la voluntad; Xipe Totek, el sol de la renovación de la humanidad y Tonaltzin, el ahora regente sol de la auto-conciencia, también se alinearon en ese espacio-tiempo, fuera la cronología inventada por el hombre. Quienes asistieron con propósito, quienes estaban despiertos a las fuerzas galácticas que en ese momento influían, lograron ser uno con el todo.

Disculpen pero aquí no aplica el que “una imagen vale más que mil palabras”. Las imágenes capturan una realidad externa aparente, lo ahí sucedido no era posible fotografiar, ni grabar o esculpir puesto que se dirigió a un nivel de consciencia diferente que opera bajo otras leyes.


Muchas son y serán las bendiciones que recibiremos en este año del 2013. Muchos los beneficios de quienes aprovechan día a día los regalos que nos dan desde otros lugares del universo.

Los abuelos representantes de los diferentes linajes, los hombres y las mujeres de sabiduría, los guerreros de luz, los integrantes de la hermandad blanca, los maestros; todos unidos para crear un cambio evolutivo y benéfico. Cito una de las frases del maestro Ángel Farpón: “Creer es Crear. Crear es Creer. Ya no creas en el mal. Crea tu propio bien”.

Durante el resto del día continuaron a la par las conferencias, los rituales, y por la noche, cuando la luna se encontraba en el medio cielo, dio inicio del temazcal por Águila Azul. 


El día 23, luego de la ceremonia del "Amarre de Tilma" efectuada en El Despertar, en el Bosque de Águilas, asistimos al cierre del Festival Cósmico acompañados por nuestros hermanos griegos.



Adonnis, Martha, Águila Azul y Joanna



Desde esta página envío mi agradecimiento y cariño a los maestros Ángel Farpón y a la maestra Susana Rivera con quienes aprendí que estamos aquí para recordar y para servir de la única manera que existe: con amor. 







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