Un guerrero, cuyas armas son la voz, el piano y la guitarra, visitó ayer el Teatro de la Ciudad (Puebla). Todo en él sorprende; es un Creativo, con mayúscula. Entre la amplia discografía y premios elegí enumerar los siguientes para que se den una idea de quién hablo, o escribo, que sería más preciso.
—Dos premios Ariel por la película Cilantro y Perejil, por banda musical y por mejor canción escrita para cine.—Premio Coral, a la mejor música escrita para cine en el Festival de Cine Latinoamericano de la Habana, Cuba, por la película Hasta Morir.
—Diosa de plata 1997 por la música de la película Cilantro y perejil.
—Diosa de plata 2003 por la música de la película Amarte duele.
Conocí a Enrique en el primer congreso de Sabiduría Universal Ancestral, asociación a la cual pertenecemos. Él coordinaba la mesa de arte, a partir de entonces entablamos una amistad creándose un vínculo entre su familia y la mía.
El arte denuncia, el arte sana, el arte acerca al universo, el arte es espiritual. Y así es Enrique Quezadas, señala, alivia, nos acerca a los dobleces del alma humana.
Cuando hablo de él las palabras se me caen al piso, se me esparcen y temo no poder colocarlas en el orden correcto (sin caer en la adulación) puesto que se me dificulta el saber cuál adjetivo va primero.
Padre a toda madre, respetuoso y amante de la gran mujer que lo acompaña (su esposa Lupita), escultor de música, buscador incansable, amante de la vida y de la Madre Tierra.
Ayer vibré con sus canciones, hoy iré al Bosque de Águilas para comenzar la siembra de mi hortaliza, acompañada por sus canciones. Berzas, pimientos de piquillo y tomates descansarán en su camita de tierra arrullados por la voz de Enrique. En pocas semanas brotarán las primeras hojitas y las plantaré en tierra firme. Por febrero comenzará la cosecha.
Enrique sembró palabras y acordes en corazones poblanos, irá a Toluca, a Cancún, al resto de México; flores en dó y en sol; frutas y verduras al ritmo de cumbia o rap surgirán, nutriendo almas y acercando mentes.
"El riesgo de quererse donde hay viento, es que vuele la voz, y valla por el aire el sentimiento, como una aparición.
Yo quiero entrar en ti por la mirada, el puente entre tú y yo, la puerta de los ojos sin más nada, ninguna condición... Detente corazón".
Su más reciente producción es: Estas Islas
"Es una suerte vivir para cantar, una pulsión asumida, búsqueda y expresión. Un hombre feliz hace felices a los que están cerca de él. Serme fiel me cura y hace pleno. Lo verdaderamente curativo es integral pues todo está conectado. Si me curo, curo a México, si sano a México sano a mi planeta. Entonces lo mío, la promoción de la dulzura, la sabiduría y la paciencia. Fui creado como aprendiz de este sistema de creencias injusto con lo humano, promotor de la cultura de la ignorancia. Me lo sacudo. Estoy al pendiente y activo en lo que ocurre porque me ocurre. Este es mi afán existencial, el quehacer de mi estar. Si no lo fuera, no sería más quien soy. Todas mis canciones son de amor, más allá si hablo de una mujer. Quien canta para vivir tiene mi respeto y consideración, pero yo vivo para cantar, eso me otorga la libertad de ser, con todas sus implicaciones. ¡Viva la vida! Enrique Quezadas".
Poblana dejaría de ser si no anexara una crítica. Enrique llena teatros y espacios abiertos en cada una de sus presentaciones, ayer, el Teatro de la Ciudad estaba "casi" vacío; ese vacío que denuncia el poco interés de los poblanos por la cultura.
Tenemos lo que merecemos y por desgracia, quienes nos interesamos en el arte, la historia y la ciencia, vivimos en una isla paradisiaca y lejana al continente. Es la riqueza del pensamiento y del espíritu la que nutre la inteligencia y nos permite romper las cadenas de las creencias impuestas por la sociedad.
Se es libre cuando se tienen los elementos suficientes para decidir conscientemente. ¿Cuántas ideas soy tuyas? ¿Cuántas te han sido heredadas o impuestas?
Escucha, mueve tu cuerpo al ritmo del tango, cumbia, guaracha, pasodoble, vals o rap. Deja de friquearte y mal viajarte, come sano y deja la chatarra, deletea la información nociva y toma tus propias decisiones. Apaga la radio y la tv, enciende los libros, los CDs, lee los rostros, las montañas, el campo en la primavera.
Crea un concierto de semillas (no transgénicas) en tu mente, e inicia el camino hacia tu libertad consciente.
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